Limitaciones y potencialidades de la investigación cuantitativa
Al explicar en
qué consiste la metodología cuantitativa ya mencionamos muchas de sus
debilidades, ahora vamos a tratar de ordenar estas debilidades y ponderarlas
con sus potencialidades, de manera de formarnos una imagen equilibrada de esta
estrategia de investigación.
a) En primer
lugar, con relación a nuestra forma de medición propiamente tal, ya hemos
constatado que sus dos grandes debilidades consisten en que medimos sin tener
unidades de medida y en forma indirecta, lo que implica que la interpretación
de los números asignados es mucho más ambigua y menos válida y precisa que la
de otras ciencias.

c) En tercer
lugar, y desde el punto de vista de nuestras técnicas de análisis, la estadística
es una ciencia cuyos resultados nunca son definitivos, sino sólo probables
(algunos matemáticos despectivamente decían de ella que “era la primera de las
ciencias imperfectas"), por lo que siempre podemos obtener resultados que
no se ajusten a la realidad.
d) En cuarto
lugar, desde el punto de vista de nuestros datos, la investigación cuantitativa
se fundamenta en información que posee intrínsecamente menor validez que el de
otras ciencias. Por ejemplo, si trabajamos con datos secundarios, es muy
posible que estos estén distorsionados o sean de baja calidad, por lo que
usualmente debemos gastar un tiempo precioso en limpiarlos de errores y
eliminar los más dudosos (como bien nos ilustra Durkheim en El Suicidio). Si,
por el contrario, nuestra información proviene de encuestas, usualmente
sostendremos nuestro análisis sobre autorreportes, que si bien pueden tener una
alta validez en el caso de tratar sobre hechos simples (en el entendido que los
sujetos que den la información no deseen voluntariamente distorsionarla), son
mucho más dudosos cuando estudiamos fenómenos subjetivos o hechos complejos que
deben ser recordados tiempo después de ocurridos.
e) Tal como ya
hemos señalado, la necesidad de disponer de información simplificada (a través
de la utilización de preguntas cerradas o de codificar las respuestas abiertas
o textos), implica perder mucha de la complejidad de las propiedades que
estamos estudiando.
f) A lo anterior
habría que agregar todos los problemas de validez que tienen su origen en
errores administrativos y organizacionales que ocurren en el proceso de
implementar una investigación social de gran volumen (como por ejemplo: mala
formación de los encuestadores, falseo de respuestas por parte de los mismos,
errores de digitación, errores de muestreo producto de marcos muestrales
inadecuados, entre otros problemas).
g) Finalmente,
también hay que señalar errores de interpretación de los datos que son
propiamente humanos, es decir, producto de las actitudes y habilidades de los
investigadores que analizan la información cuantitativa. Entre estos errores el
más frecuente es sobreinterpretar como diferencias socialmente relevantes algunas
asociaciones de variablesque apenas son estadísticamente significativas. Así,
por ejemplo, es muy usual encontrar textos que enfatizan las diferencias entre grupos
basándose en diferencias que, siendo estadísticamente significativas, son muy
poco relevantes. Digamos, los hombres están a favor de algo en un 77%, frente
al 70% de las mujeres. En este caso es más importante el amplio acuerdo frente
a la afirmación que la leve diferencia encontrada, aunque ésta sea
significativa.
Evidentemente
para cada uno de estos problemas de medición se han desarrollado contramedidas
que intentan minimizar su impacto. Así por ejemplo, se han desarrollado métodos
para evitar los errores de digitación, se ha enfatizado la necesidad de
supervisión externa sobre el proceso de levantamiento de datos, se han
desarrollado análisis estadísticos que detecten datos de dudosa calidad, se ha
exigido un personal cualificado a la hora de construir los instrumentos de producción
de información, se han diseñado procedimientos metodológico estadísticos para
asegurar la fiabilidad y validez de la información producida, entre otros
procedimientos.
No obstante,
aunque la utilización de estas estrategias sin duda mejora la validez global de
nuestra investigación, es innegable que, pese a todo, la información cuantitativa
de que disponemos no es tan precisa y válida como la accesible en otras
disciplinas.
¿Qué justifica entonces que sigamos insistiendo
en este camino?, ¿no sería mejor que intentáramos otra estrategia que quizás
podría ser más productiva?
Dejando de lado
motivaciones de carácter personal que hacen más difícil el abandono de los
números como herramienta de análisis social (si, aunque muchos de los lectores
no lo crean, existen científicos sociales a quienes les encanta la estadística),
creemos que hay razones que justifican continuar en esta tarea.
a) En primer
lugar, sólo la metodología cuantitativa permite trabajar con amplios volúmenes
de información. La combinación de análisis estadístico e instrumentos de
producción de información estandarizados y cerrados, permiten levantar y
manipular información proveniente de muchos sujetos, lo que sin duda mejora la
validez externa de los resultados de la investigación.
b) En segundo
lugar, este procedimiento nos permite manipular gran cantidad de variables de
manera relativamente independiente de nuestras percepciones y juicios, por lo
que muchas veces, sobre todo en los análisis multivariados, somos capaces de
descubrir configuraciones de información sorpresivas con respecto a lo que
inicialmente suponíamos.
c) Muy asociado
con lo anterior, esta estrategia nos brinda mecanismos para ponderar la
influencia relativa de diversas variables sobre otras, lo que nos permite
simplificar la configuración original, obteniendo un mapa de relaciones entre
variables mucho más simple que el que originalmente tenemos cuando comenzamos
una investigación de carácter multivariado. En definitiva, podemos simplificar
los componentes de una situación real, pero maximizando la capacidad
explicativa del modelo que construimos.
d) Lo anterior
facilita enormemente la toma de decisiones cuando nos encontramos en presencia
de situaciones multivariadas. Además, el que el análisis realizado sea
relativamente independiente de las manipulaciones más obvias del investigador
(ya que los análisis multivariados que, por ejemplo, determinan la puntuación
de un sujeto en una regresión no son fácilmente reproducibles sin ayuda
computacional), nos brinda un cierto grado de independencia y equidad en dichas
decisiones (independencia sólo relativa sin embargo, ya que es el investigador
el que escoge el modelo a implementar, las variables a considerar y en muchos
casos su ponderación).
e) El que este
procedimiento sea tan dependiente de determinados procesos de definición
operacional de las variables, nos permite y obliga a ser muy precisos en las
definiciones que utilizamos. Incluso muchas veces el definir operacionalmente
una variable nos hace darnos cuenta que muchos de los conceptos que creemos
claros, comprendidos y unívocos, en realidad no son tan evidentes como
pensábamos inicialmente (esto lo muestra con mucha claridad Blalock, 1986).
f) Finalmente, a
pesar de todas las debilidades que posee el procedimiento de medición utilizado
en ciencias sociales, cuando realizamos una investigación cuantitativa en forma
cuidadosa, enfatizamos procedimientos que mejoran la calidad de nuestros datos
y chequeamos la fiabilidad y validez de nuestros resultados con los
procedimientos adecuados para ese efecto, generalmente los resultados obtenidos
muestran una clara correspondencia con datos externos o la conducta posterior
de los sujetos.
Creemos que por
todas estas razones es conveniente y es productivo utilizar la metodología
cuantitativa y trabajar por su perfeccionamiento. Un tema aparte lo constituye
la fuerte legitimidad que socialmente se le adjudica a estos procedimientos.
Frente a esto debemos decir que la “validez mítica” de la metodología
cuantitativa, si bien tiene como aspecto positivo que es más fácil obtener
permisos y recursos para realizar este tipo de investigaciones y que sus
resultados alcanzan mayor influencia sobre el público externo (maximizando nuestra
capacidad de influir en la realidad social), también tiene aspectos negativos que
dificultan el avance de la investigación cuantitativa.
Entre estas
connotaciones negativas podemos señalar la relativa complacencia que tienen
muchos investigadores frente a sus procedimientos de investigación. Pensamos
que el creer que los resultados que se han obtenido son objetivos, válidos y
legítimos, sólo por el hecho de que se ha logrado expresar sus conclusiones en
forma numérica, tiene como consecuencia que no se reflexione más sobre las
limitaciones de la tecnología que utilizamos. Y si no reflexionamos sobre sus
limitaciones, no podremos contribuir a su perfeccionamiento.
Ese es uno de
los sentidos de este artículo: fomentar que los investigadores cuantitativos
sean más conscientes de las limitaciones de esta estrategia en ciencias sociales,
de manera que algunos de ellos puedan contribuir a su desarrollo y la mayoría
sean más prudentes en el momento de la interpretación de sus resultados.
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